JESÚS A LOMOS DE UN BORRIQUILLO

JESÚS A LOMOS DE UN BORRIQUILLO

JESÚS A LOMOS DE UN BORRIQUILLO

SAGRADAS IMÁGENES

Nuestras Sagradas Imágenes son lo más valioso que tenemos en la Cofradía. Todas las actividades que se organizan en la misma están encaminadas a dar culto público a Dios y a transmitir a los hermanos y fieles Su Palabra. Las imágenes de Cristo a Lomos del Borriquillo y María Stma. del Amor son nuestro mejor vínculo con Cristo y su mensaje salvador.

CRISTO A LOMOS DE UN BORRIQUILLO

Una de las obras maestras de Francisco Palma Burgos, su propia Borriquita y el trono creado para la misma. Vamos a incidir en la figura de Cristo y curiosamente vamos a empezar por la mulica. A diferencia de las demás, es oriunda de Úbeda; un verdadero retrato que posó en el taller de Palma. Por documentación oral sabemos que se trataba de una hembra de avanzada edad y muy trabajada por ello que el insigne imaginero advirtiera su psicología  y la presentara cansada, vetusta y dócil. Como un animal sabio que intuía que sobre ella portaba al Creador como una verdadera carga ligera. Bien es conocida la historia de que la imagen de Cristo estaba destinada para Torredonjimeno, pero por mediación de Julián Fernández Campos; el mismo quedó en Úbeda.

Cristo aparece montado a horcajadas, en una sola pieza (no es una talla desmontable de la burrita), de ahí su gran valor artístico; además de la existencia de un interesantísimo estudio de pliegues en las vestiduras donde se puede comprobar el peso de las mismas al caer por la fuerza de la gravedad y ser sujetadas por el propio cuerpo de Jesús en movimiento, dejando por ejemplo al descubierto el hombro derecho, mientras que el izquierdo queda protegido por el manto en esa curiosa característica de Palma Burgos de levantar en sus obras un hombro más que el otro.
En referencia a la fisonomía nos presente a un Cristo fuerte, rudo; en esa influencia que él mismo había adquirido en sus visitas a Italia y en la figura del propio Miguel Ángel. En este sentido trasladaba al siglo XX una imaginería musculosa muy en contradicción con lo que sus coetáneos estaban practicando; Ruiz Olmos era el clasicismo de dolor silencioso, Víctor de los Ríos la escena neobarroca con unos rasgos muy personales, Vasallo Parodi había apostado por la calidad más tradicional.

En este sentido Palma Burgos fue un innovador, bien es cierto que había recibido influencias de Mariano Benlliure, pero mientras que el gran maestro levantino tenía una preocupación única en la anatomía perfecta (como si de un estudio de medicina se tratase); Palma lograba trasmitir la fuerza del músculo desarrollado, del hueso pesado; de la fuerza interior del Dios hecho Hombre. De ahí sus rostros espirituales. Si nos fijamos en la imagen que nos acontece nos encontramos con un Jesús que dirige su bendición al fiel entrando en conexión directa con el mismo y trasmitiéndole la tranquilidad de la propia ternura especial que debía de tener Cristo. Al mismo tiempo que su rostro no es el de una persona normal; nos muestra un Ser espiritual, de otro mundo. Con mayor claridad nos indica el propio alma de Cristo.

Posiblemente Don Francisco conociera muy bien los rostros espiritualizados del Greco por su ferviente locura y amor por el Renacimiento y lo que el pintor griego consiguió hacer con el pincel, él lo intentó con la gubia y verdaderamente hubo imágenes donde lo consiguió  como es este caso. No tiene la necesidad de incorporar un grupo de imágenes secundarias, pues el grupo existe en tanto que el fiel es partícipe de la conexión directa con el Cristo sin la necesidad de existir mediaciones. Es el pueblo el que le saluda y al cual Él bendice, por ello que Palma al realizar el trono pusiera delante a dos ángeles que en realidad escoltan el camino a seguir por Jesús al colocárnoslo en un plano superior indicándonos que el que pasa sobre nosotros no es un hombre, sino Dios.

Con las breves pinceladas que hemos dado sobre la misma no hay duda de que se trata de una imagen única de valor incalculable que desde mil novecientos cincuenta y uno pertenece a la colección ubetense.